Teherán, 6 de enero de 2020 (AP).- Llorando entre los lamentos de miles de personas, el líder supremo de Irán rezó el lunes sobre los restos de un destacado general iraní muerto en un ataque de Estados Unidos en Bagdad, una operación que aumentó drásticamente las tensiones entre Teherán y Washington.
El ataque dirigido al general de la Guardia Revolucionaria Qassem Soleimani congregó a una multitud _millones de personas según la policía_ en Teherán, donde su sustituto prometió que habrá represalias.
Irán anunció el domingo que abandonaría los límites del acuerdo nuclear firmado en 2015 con las potencias internacionales en respuesta al asesinato mientras que el Parlamento de Irak pidió la expulsión de las tropas estadounidenses de su territorio.
Lo ocurrido podría acercar a Irán a construir una bomba atómica, a un ataque de terceros o militar impulsado por Teherán contra Estados Unidos y a permitir que el grupo extremista Estado Islámico se reasiente en Irak, convirtiendo a Oriente Medio en una región mucho más peligrosa e inestable.
Avivando las tensiones, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó con exigir a Irak una compensación de miles de millones de dólares o imponer “sanciones que no han visto nunca antes” si siguen adelante con la idea de expulsar a los soldados estadounidenses.
La hija de Soleimani, Zeinab, amenazó directamente con un ataque al ejército de Estados Unidos en Oriente Medio en un discurso ante una multitud que se extendía hasta donde alcanzaba la vista en una de las principales avenidas de la capital iraní.
“Las familias de los soldados estadounidenses en Asia occidental (…) pasarán sus días esperando la muerte de sus hijos”, afirmó entre vítores.
El líder supremo iraní Alí Jamenei rezó sobre los féretros de Soleimani y de otras víctimas del ataque. El ayatolá, que tenía una relación cercana con el general, llegó a llorar durante las oraciones tradicionales musulmanas por los fallecidos. La multitud también lloró.
El sucesor de Soleimani, Esmail Ghaani se mantuvo cerca del ayatolá, como hizo el presidente, Hassan Rouhani, y otros altos cargos de la República Islámica de todas las tendencias políticas.
Manifestantes quemaron banderas israelíes y estadounidenses y portaron un féretro cubierto con la bandera de Estados Unidos y efigies de Trump. Algunos describieron al propio mandatario estadounidense como el objetivo legítimo de la venganza iraní.
Mohammad Milad Rashidi, de 26 años, predijo más tensión en el futuro. “Trump acabó con la posibilidad de cualquier acuerdo entre Teherán y Washington. Seguramente habrá más conflicto en el futuro”, indicó.