México, 21 de agosto.- Vidulfo Rosales, abogado que durante casi una década representó a los familiares de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, renunció a su cargo para incorporarse como colaborador de Hugo Aguilar, próximo presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Rosales, figura clave en la defensa legal del caso desde la desaparición de los estudiantes en septiembre de 2014, también anunció su salida del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, organización en la que trabajó durante 24 años y desde donde acompañó múltiples luchas sociales en Guerrero.
En una carta dirigida a organizaciones sociales, el abogado explicó que se retira “de la primera línea de la lucha social con la frente en alto, con la seguridad de haber puesto un grano de arena en la pelea de nuestros pueblos”.
No obstante, aseguró que seguirá activo desde “otras trincheras” para exigir respeto a los derechos humanos y una vida digna para los pueblos indígenas y afromexicanos.
“Mi compromiso con los pueblos indígenas, con las mujeres y hombres que luchan por mejores condiciones de vida sigue incólume. No puedo eludir mi deber de clase. Soy de una comunidad indígena enclavada en la agreste y encantadora Montaña de Guerrero; toda mi vida he caminado a contracorriente por senderos escarpados producto de la miseria y marginación, por ello tengo la capacidad de sentir las injusticias cometidas contra cualquiera y en cualquier parte”, expresó en la misiva.
Rosales destacó que su labor en la defensa de los derechos humanos continuará, aunque en una nueva etapa profesional: “Fiel a esos principios continuaremos el proyecto de vida en la etapa que viene, en el lugar que las circunstancias nos coloquen. No me queda más que agradecer tantas enseñanzas y decir que desde otra trinchera continuaremos en la lucha por la justicia y por los derechos humanos”.
Su salida representa un giro en la defensa legal del caso Ayotzinapa, considerado uno de los episodios más graves de violaciones a derechos humanos en México, y en el que Rosales se convirtió en una de las voces más visibles e incómodas frente a las autoridades de los distintos niveles de gobierno.

