Washington, 12 de agosto.- La Casa Blanca informó que la Administración de Donald Trump ha detenido a más de 300 mil migrantes indocumentados en los primeros seis meses desde su regreso a la presidencia de Estados Unidos, en enero pasado.
De acuerdo con la secretaria de prensa, Karoline Leavitt, casi el 70 por ciento de las detenciones corresponden a extranjeros con cargos o condenas previas, cifra que, subrayó, “desmiente informes falsos en los medios” y representa “un éxito en toda regla” para el gobierno republicano.
“Estas acciones eliminan las amenazas más peligrosas para la seguridad pública de las comunidades estadounidenses y devuelven a estas personas a sus países de origen”, afirmó Leavitt en conferencia de prensa, aunque las cifras no han sido verificadas de manera independiente.
Desde su regreso al poder, Trump ha intensificado su política antiinmigratoria, reforzado las operaciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y aumentado las detenciones como parte de su promesa de ejecutar una “histórica campaña de deportación masiva” de indocumentados.
Según datos actualizados de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), los cruces ilegales cayeron en julio a 24 mil 628 encuentros fronterizos, el menor número mensual registrado por la Patrulla Fronteriza en todo el país, superando el mínimo histórico de junio.
En la frontera suroeste con México se contabilizaron 4 mil 601 detenciones, un 24 por ciento menos que el récord mínimo previo de junio (6 mil 70) y un 92 por ciento menos que en julio de 2024, cuando se reportaron 56 mil 400.
Además, CBP señaló que en el último mes no se registraron liberaciones bajo libertad condicional (parole), frente a las 12 mil 365 del mismo mes del año pasado.
“La era de las excusas y liberaciones terminó. Hemos puesto a los cárteles a la defensiva y recuperado nuestra frontera”, declaró la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, en un comunicado.
No obstante, organizaciones defensoras de migrantes y derechos humanos han denunciado abusos y violaciones al debido proceso en cientos de arrestos y deportaciones, así como las condiciones en centros de detención, entre ellos el polémico “Alligator Alcatraz” —o “Alcatraz Caimán”—, ubicado en los Everglades de Florida.

