México, 22 de septiembre.- La presidenta Claudia Sheinbaum aseguró que la Reforma Electoral 2026 no será definida por acuerdos entre dirigencias partidarias, sino a partir de un ejercicio abierto de consulta ciudadana que incluye la participación de todos los sectores, incluida la oposición.
Al ser cuestionada sobre la ausencia formal de partidos opositores en la Comisión Presidencial para la Reforma Electoral, Sheinbaum señaló que este proceso es distinto a los anteriores, donde se privilegiaban las negociaciones cupulares.
“Es que es distinto, ahora ya no son las cúpulas partidarias quienes deciden la reforma electoral, es la gente y ahí está la oposición. No es cinco, seis, siete personas, por más que sean dirigentes de partidos políticos, quienes van a opinar solamente. Ahora opina la gente que quiera asistir a los eventos o que quiera enviar su propuesta y ahí está también, por supuesto, dirigentes de la oposición”, afirmó.
Hasta el momento, se han realizado cuatro audiencias públicas en el Salón Revolución, abiertas a la ciudadanía y transmitidas en tiempo real.
Por su parte, Pablo Gómez, titular de la Comisión Presidencial, destacó la buena recepción del ejercicio y subrayó que se trata de un proceso inédito de transparencia.
Recordó que la comisión ya sostuvo reuniones con consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE), con quienes se estableció un mecanismo de colaboración para recibir aportaciones técnicas, así como con magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), tanto federales como regionales.
“Es muy interesante conocer los puntos de vista que surgen de la experiencia de organización de elecciones. No es simplemente darle vueltas a la noria para que 10 personas decidan cuál es el futuro del sistema electoral. Esto es verdaderamente abierto”, sostuvo Gómez.
El funcionario explicó que la primera etapa del proceso culminará con la presentación de una iniciativa presidencial, que después será discutida en el Congreso de la Unión.
Por tratarse de una reforma constitucional, requerirá además la aprobación de los congresos estatales.
Posteriormente, deberán elaborarse leyes reglamentarias y disposiciones administrativas a cargo de las autoridades electorales.
Tanto Sheinbaum como Gómez coincidieron en que este proceso generará un debate profundo y plural, con amplia participación social, que marcará el rumbo del sistema electoral mexicano en los próximos años.

