México, 18 de noviembre.- Al ser cuestionada sobre qué se necesita para que México alcance el esperado quinto partido en el Mundial, la presidenta Claudia Sheinbaum afirmó que el desempeño deportivo depende exclusivamente de la Selección y su cuerpo técnico, pero subrayó que su gobierno trabaja para que el torneo deje un legado duradero para niñas, niños y jóvenes del país.
“Eso le corresponde a la selección y a su entrenador”, dijo, aunque aseguró que el equipo nacional cuenta con “todo el apoyo del pueblo de México”.
No obstante, Sheinbaum llevó el tema a una perspectiva más amplia: el Mundial debe servir como un motor para impulsar el deporte y el desarrollo social en todo el país.
La mandataria señaló que, aunque el expresidente López Obrador preferiría hablar de béisbol, el fútbol es el deporte favorito de la mayoría de niñas y niños de México.
Por ello, su gobierno busca que la Copa del Mundo sea “una fiesta en todos lados” y no solo un evento concentrado en los estadios.
El legado que busca su administración
Sheinbaum detalló que el objetivo central es que el Mundial deje beneficios más allá de los partidos:
• Más canchas y espacios deportivos en distintas regiones del país.
• Torneos escolares permanentes, no solo durante el año mundialista, como propuso Mario Delgado.
• Creación de canteras o semilleros —como las de los Pumas— para formar talentos futbolísticos desde la niñez, idea impulsada por Rommel Pacheco.
• Fomento del deporte como hábito de vida, promoviendo el trabajo en equipo y la convivencia en escuelas y comunidades.
La presidenta aseguró que la inauguración y los partidos que se disputen en territorio mexicano colocarán al país en la mira internacional.
Dijo que el mundo podrá ver a una nación “grandiosa, con una herencia cultural enorme” y con mexicanas y mexicanos trabajadores que construyen “un país más justo, más libre y más democrático”.
El propósito, insistió, es que después de la Copa del Mundo permanezca “el amor por el deporte” y que el fútbol siga siendo parte de la vida cotidiana de millones de personas.
Finalmente, Sheinbaum envió “la mejor de las suertes y la mejor energía” al equipo nacional.
Aunque evitó prometer resultados, dejó claro que su administración mide el Mundial no solo por la actuación de la Selección, sino por el impacto social que dejará en las nuevas generaciones.
