México, 3 de agosto.- El grupo parlamentario del PRI en el Senado exigió al gobierno federal una respuesta inmediata ante la expansión silenciosa de los nitazenos, una nueva familia de drogas sintéticas que, según es hasta 40 veces más potente que el fentanilo y ya circula en territorio nacional sin control ni estrategia alguna para contenerla.
En un punto de acuerdo presentado ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, los legisladores priistas advirtieron que esta sustancia representa una amenaza inminente para la salud pública y acusaron a las autoridades federales de actuar con total omisión.
“Ni hospitales, ni personal médico, ni las autoridades sanitarias están preparadas para lo que ya está ocurriendo”, señalaron.
Los nitazenos, detallaron, fueron desarrollados originalmente en la década de 1950 como analgésicos, pero su uso actual en el mercado ilícito —mezclados con fentanilo, metanfetaminas o medicamentos falsificados— ha causado decenas de muertes en Estados Unidos, Canadá y Europa.
En México, medios como El País y Dossier Político ya han documentado su presencia, aunque sin una respuesta efectiva del Estado.
Los senadores denunciaron que el país no cuenta con los insumos necesarios para enfrentar esta amenaza, como tiras reactivas especializadas para detectar la sustancia, ni con los protocolos médicos adecuados para atender sobredosis.
Incluso el uso de naloxona, antídoto común para opioides, resulta insuficiente en casos de intoxicación con nitazenos debido a su alta potencia, lo que deja al sistema de salud sin capacidad de reacción.
“México está absolutamente indefenso ante estas nuevas drogas sintéticas. El sistema de salud está rebasado y no hay una política pública integral para la prevención, detección o atención de sobredosis”, acusaron.
Ante ello, los senadores del PRI exigieron a la Secretaría de Salud, a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana establecer de manera urgente protocolos nacionales de detección, prevención, atención médica, capacitación del personal sanitario, cooperación internacional y distribución de medicamentos eficaces.
“No hay tiempo que perder: se debe actuar antes de que esta droga cobre vidas en silencio”, concluyeron.

