México, 20 de marzo.- Antonio Morales, Manuel Huerta Ladrón de Guevara y José Manuel Cruz Castellanos, senadores de Morena, presentaron una iniciativa de ley para proteger el derecho de los consumidores a conocer si alimentos, bebidas no alcohólicas y productos cosméticos contienen elementos genéticamente modificados.
Los legisladores proponen que se obligue a las empresas a colocar un etiquetado frontal que informe de la presencia de materia prima con ingeniería genética.
Detallaron que las reformas a la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados y a la Ley General de Salud, pretenden que el etiquetado frontal de productos alimentarios y de cosmética permita a los consumidores informarse de manera fácil, rápida y verídica sobre su contenido, como ya sucede con otros insumos como grasas, sodio o exceso de azúcares.
Huerta Ladrón de Guevara dijo que con esta reforma se “establece la obligatoriedad a las empresas productoras de alimentos, bebidas no alcohólicas y productos cosméticos de colocar un etiquetado frontal en el que se indique si contienen organismos genéticamente modificados, con el objetivo de proteger el derecho de los consumidores a conocer el contenido de los productos que adquiere”.
Antonino Morales señaló que se busca también que los productos cosméticos muestren en este etiquetado frontal su contenido, ya que la industria de la belleza también usa aditivos derivados de aceites producidos con maíz o soya transgénicos, como la vitamina E, el Coco Glucoside, Glycerin, Glycerol, Glycol, Glyceryl o el ácido hialurónico.
“A nivel mundial, aproximadamente el 28 por ciento del aceite vegetal que se produce es de soya. Si tenemos en cuenta que el 83 por ciento de la soya o el 30 por ciento del maíz cultivados en el mundo son transgénicos, la posibilidad de que nuestro cosmético incluya un ingrediente modificado es muy elevada”, apuntó el senador.
Morales Toledo destacó que hay estudios en Estados Unidos, Canadá y México que confirman que la modificación genética sí tiene impactos en la salud, aunque especialistas de diversas latitudes señalen lo contrario.
Por ejemplo, el estudio de “Transgénicos: efectos en la Salud, el Ambiente y la Sociedad. Una Reflexión Bioética”, refiere que en la Universidad de Nebraska se comprobó que la soya genéticamente manipulada con la nuez de Brasil, aumentó las alergias en distintos alimentos, este padecimiento se detectó en un 8 por ciento de los niños en Estados Unidos, manifestándose desde síntomas leves, hasta la muerte súbita.
A escala mundial, la FAO ha hecho un llamado a la elección fundamentada, por ello, países de la Unión Europea, Estados Unidos, Japón, Corea del Sur, Brasil, India o Turquía ya regulan el uso del etiquetado frontal obligatorio.
La iniciativa propone que en la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados no solo se garantice la referencia explícita de organismos genéticamente modificados en la etiqueta, sino que haya un etiquetado frontal de advertencia en alimentos, cosméticos y bebidas no alcohólicas.
El etiquetado frontal debe ir en forma separada e independiente a la declaración de ingredientes e información nutrimental, para indicar los productos que contengan organismos genéticamente modificados y productos derivados.

