México, 18 de noviembre.- Ricardo Monreal Ávila y Adán Augusto López Hernández, presidentes de las juntas de Coordinación Política en la Cámara de Diputados y en el Senado, respectivamente, afirmaron este martes que la marcha de la Generación Z, convocada -dijeron-, por Claudio X. González, Roberto Madrazo y Mauricio Tabe— no representa un intento de desestabilización del gobierno federal, aunque sí exhibe la inconformidad social y la operación política de grupos opositores, incluso del extranjero.
En conferencia de prensa conjunta, ambos legisladores señalaron que la marcha estuvo claramente organizada por figuras de la oposición, a quienes acusaron de utilizar el descontento ciudadano para construir una narrativa contra el gobierno que encabeza la presidenta Claudia Sheinbaum.
Monreal Ávila descartó categóricamente que los hechos puedan interpretarse como un ensayo de ruptura institucional.
“Yo no creo que se trate en este momento de un intento golpista, porque no tienen las condiciones. Tenemos una presidenta con un alto nivel de aceptación, un movimiento social que no hay posibilidades”, afirmó.
Subrayó que, si bien la marcha exhibe inconformidad de algunos sectores de la población, esta se desarrolló dentro de los márgenes constitucionales y no implica riesgo para la estabilidad democrática del país.
Por su parte, Adán Augusto López Hernández, advirtió que durante la movilización hubo grupos infiltrados cuya intención era generar confrontación y amplificar la percepción de caos.
“La marcha fue infiltrada. Detectamos la presencia de grupos que no pertenecen a la estructura de los convocantes originales, con evidente ánimo de provocar incidentes y crear un ambiente de ingobernabilidad”, aseguró.
El senador sostuvo que estos grupos podrían estar vinculados a redes internacionales que operan para desacreditar a gobiernos progresistas en América Latina.
Ambos legisladores coincidieron en que detrás de la convocatoria existe una estrategia articulada por la derecha internacional, enfocada en debilitar a los gobiernos que impulsan modelos alternativos al neoliberalismo.
Monreal señaló que esa operación “no es nueva” y forma parte de un patrón regional que busca “frenar los proyectos de transformación”.
Adán Augusto agregó que los actores opositores mexicanos mantienen vínculos con organizaciones conservadoras globales que “intervienen mediante financiamiento, propaganda digital y asesorías políticas”.
Pese a las críticas, ambos reconocieron que existe malestar social legítimo, derivado de problemáticas económicas y de seguridad, mismas que —dijeron— deben atenderse con seriedad.
Monreal pidió que la inconformidad “no sea utilizada por liderazgos que buscan recuperar protagonismo perdido”, mientras que Adán Augusto llamó a diferenciar entre las expresiones ciudadanas genuinas y las operaciones políticas encubiertas.

