Madrid, 26 de octubre.- El estadio Santiago Bernabéu volvió a ser escenario de una noche épica para el Real Madrid, que se impuso 2-1 al FC Barcelona en una nueva edición de El Clásico, un duelo lleno de intensidad, ritmo y emoción que consolidó al conjunto blanco en lo más alto de la tabla de LaLiga.
El equipo dirigido por Xabi Alonso llegó al encuentro como favorito, impulsado por su gran momento futbolístico y por las ausencias sensibles del cuadro culé, y no decepcionó a su afición.
Con un fútbol vertical y de alta precisión, los merengues supieron golpear en los momentos justos y mantener la compostura en los tramos más exigentes del encuentro.
Mbappé abre la fiesta blanca
Desde los primeros minutos, el Real Madrid mostró su intención de dominar el partido. La presión alta y la velocidad por las bandas generaron los primeros avisos ante el arco defendido por Wojciech Szczęsny, quien sustituyó al lesionado Ter Stegen.
La insistencia tuvo premio al minuto 22, cuando Kylian Mbappé aprovechó una descoordinación defensiva del Barcelona, se filtró entre líneas y, con una definición precisa, puso el 1-0, desatando la euforia de los casi 80 mil aficionados presentes en el Bernabéu.
Barcelona responde, pero el Madrid vuelve a golpear
El tanto obligó al conjunto dirigido por Hansi Flick a adelantar líneas y asumir riesgos. Con una presión más agresiva, el Barça logró equilibrar el juego y encontró el empate al minuto 38, gracias a Fermín López, quien aprovechó una recuperación en campo rival para vencer a Lunin con un disparo cruzado.
Sin embargo, la alegría catalana duró poco. Apenas cinco minutos después, Jude Bellingham, siempre oportuno, capitalizó un rebote dentro del área para marcar el 2-1 (43’), devolviendo la ventaja al Madrid justo antes del descanso.
Control y solvencia en la segunda parte
En el complemento, el Real Madrid optó por un juego más controlado, reduciendo espacios y apostando por las transiciones rápidas con Mbappé y Vinícius.
El Barcelona intentó reaccionar con el ingreso de Lamine Yamal y João Félix, pero careció de profundidad y claridad para romper la zaga blanca, bien liderada por Antonio Rüdiger y David Alaba.
En los minutos finales, los merengues administraron el resultado con inteligencia y se llevaron tres puntos de oro que los colocan con cinco unidades de ventaja sobre el Barcelona, consolidando su liderato en la liga española.

