Lima, 11 de septiembre, (Reuters).- El expresidente peruano Alberto Fujimori, que impulsó el crecimiento económico durante la década de 1990, pero luego fue encarcelado por abusos contra los derechos humanos derivados de una sangrienta guerra contra los rebeldes maoístas, murió el miércoles. Tenía 86 años.
Colegas cercanos lo visitaron más temprano en el día, informando que se encontraba en estado crítico.
“Después de una larga batalla contra el cáncer, nuestro padre… acaba de partir para conocer al Señor”, escribió su hija Keiko Fujimori en un mensaje en X, también firmado por los otros hijos del exlíder.
Fujimori, hijo de inmigrantes japoneses, era el canciller poco conocido de una universidad agrícola cuando fue elegido para el cargo en 1990.
Rápidamente se estableció como un político astuto cuyo estilo práctico produjo resultados incluso cuando enfureció a los críticos por concentrar el poder.
Asesinó la hiperinflación que había dejado sin trabajo a millones de peruanos, privatizado docenas de empresas estatales y reducido los aranceles comerciales, sentando las bases para que Perú se convirtiera, por un tiempo, en una de las economías más estables de América Latina.