Tecámac, Estado de México, 15 de diciembre.- Ante el regocijo de priistas y panistas y bajo la complacencia de la Secretaría General de Gobierno del Estado de México, la presidenta municipal de Tecámac, Rosi Yolanda Wong Romero, consumó la entrega de posiciones estratégicas del ayuntamiento a la oposición representada por el PRI y el PAN, denunciaron integrantes del Cabildo.
Los hechos se concretaron el pasado fin de semana, en pleno 12 de diciembre, durante lo que fue denominado el “cabildazo del sabadazo”, cuando —mediante presiones directas a regidores— la alcaldesa logró imponer a Cutberto Ayala López y Jaqueline Cruz en dos cargos clave para la conducción del municipio, ambos identificados con el priismo. Ayala López, señalaron, cuenta además con antecedentes de sanciones y cuestionamientos previos.
Regidores que solicitaron el anonimato aseguraron que las presiones se ejercieron desde hace al menos tres semanas, presuntamente desde la Secretaría General de Gobierno, encabezada por Horacio Duarte Olivares.
Uno de los ediles relató que fue contactado directamente por la diputada local de Ecatepec Zaira Zedillo Silva, quien se presentó como cercana a Duarte Olivares, para instruirle que votaran de manera sistemática a favor de todas las propuestas de Wong Romero.
Posteriormente, afirmaron, se enviaron intermediarios para “doblar” a los integrantes del Cabildo. “Parece que estamos viviendo la peor época del PRI”, expresó uno de los regidores hostigados.
En paralelo, Sue Bernal y Lili Urbina, hijas de los caciques priistas históricos de Tecámac, Eduardo Bernal y Aarón Urbina, respectivamente, han comenzado actividades de proselitismo con miras al proceso electoral de 2027. De acuerdo con versiones internas, ambas han comentado a sus cercanos que “Rosi Wong está con nosotros”, lo que ha derivado en una mayor exposición en redes sociales durante los últimos días.
Otra situación que ha generado fuerte inconformidad es la guerra sucia emprendida contra la senadora Mariela Gutiérrez, la cual —según actores políticos locales— ya “raya en la violencia política de género”. El equipo de la legisladora ha evitado emitir posicionamientos públicos, al señalar que se mantienen enfocados en el trabajo legislativo.
Dentro del Cabildo, el primer síndico, Agustín Delgado, se ha convertido en una de las principales voces disidentes y ha insistido en la ilegalidad de los actos realizados por la alcaldesa y los asesores de filiación priista que operan en el ayuntamiento.
Por su parte, el activista Tirso Robles mantiene un plantón permanente en la explanada del Palacio Municipal como forma de protesta ante lo que considera una imposición política y una traición al proyecto original del gobierno local.
Mientras tanto, en las calles de Tecámac se percibe un clima de tensión e inseguridad. El pasado 13 de diciembre, en la zona de Héroes Tecámac, se registró una balacera que dejó una persona muerta y cuatro lesionadas.
Además, entre el 11 y 12 de diciembre, fueron localizados restos humanos en bolsas frente a la Central de Abastos de Tecámac, y días antes se reportó un hallazgo similar en Urbi Villas del Campo.
A este contexto se suma el despilfarro de recursos públicos en el ayuntamiento. El 11 de diciembre, se realizó un evento privado para trabajadores municipales con la presentación del grupo internacional Los Askis, cuyo costo habría superado los 25 millones de pesos, de acuerdo con versiones internas.
Pese al discurso de austeridad republicana, la alcaldesa anunció también un aumento en el aguinaldo para los trabajadores municipales, medida que, señalan críticos, busca ganar respaldo político en medio de la crisis.
Así transcurren los días en Tecámac, un municipio que —denuncian— cada vez se pinta más de tricolor, ante la complacencia del gobierno del Estado de México.
