México, 17 de agosto.- Senadores del PRI exhortaron al gobierno federal a reconsiderar la viabilidad de Litio MX y a replantear la estrategia nacional para el aprovechamiento de este mineral estratégico, tras señalar que a casi tres años de su creación la empresa no ha iniciado operaciones mineras reales ni cuenta con proyectos de inversión activos.
En un punto de acuerdo presentado en la Comisión Permanente, los legisladores priistas advirtieron que Litio MX, constituida en la administración pasada, opera con resultados mínimos y se sostiene únicamente con recursos del erario.
De acuerdo con su informe financiero, acumula un presupuesto de 31.2 millones de pesos destinados principalmente al pago de nómina, integrada por cinco plazas permanentes y nueve eventuales.
El grupo parlamentario subrayó que la empresa no ha generado ingresos propios, mantiene activos reportados por menos de 200 pesos y declaró pérdidas por 53 mil 436 pesos en el primer trimestre de 2025.
“El discurso oficial presentó a Litio MX como un instrumento para garantizar la soberanía energética y económica del país, inspirándose en la nacionalización del petróleo de 1938. Sin embargo, la implementación práctica ha distado de cumplir las metas planteadas”, destacaron los senadores.
Hasta ahora, añadieron, el único avance técnico ha sido la obtención de carbonato de litio grado batería en laboratorio, mediante procesos experimentales en colaboración con el Centro de Investigación en Materiales Avanzados (CIMAV) del Conahcyt (Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías).
No obstante, señalaron que este logro se mantiene en etapa experimental y carece de infraestructura para su escalamiento industrial.
Los priistas advirtieron que mientras países como Chile, Bolivia, China y Australia consolidan su posición en el mercado internacional del litio, México se encuentra en una fase meramente administrativa, perdiendo oportunidades de inversión, desarrollo tecnológico y generación de empleos.
“Mantener a Litio MX en su estado actual implica no solo un gasto público sin retorno, sino un costo de oportunidad elevado, pues retrasa la industrialización de un recurso que podría posicionar a México como proveedor clave en Norteamérica, especialmente en el marco del T-MEC”, concluyeron.

