México, 20 de noviembre.- En el marco del 115 aniversario de la Revolución Mexicana, el secretario de la Defensa Nacional, general Ricardo Trevilla, utilizó la ceremonia en el Zócalo capitalino para enviar un mensaje político de alto calado: reivindicar el origen popular del Ejército y reconocer que el ascenso de Claudia Sheinbaum a la Presidencia representa el cumplimiento de una deuda histórica con las mujeres que participaron en las grandes gestas nacionales.
Ante la primera presidenta de México y Comandanta Suprema de las Fuerzas Armadas, el titular de la Sedena destacó que la Revolución no sólo dio origen al Ejército y a la Fuerza Aérea, sino que colocó a las mujeres como protagonistas de un legado que hoy, dijo, se materializa en la conducción del país.
“El anhelo colectivo de su pueblo ha marcado su derrotero, como es el caso de los postulados de la Revolución Mexicana, el reparto de tierras, la justicia social, la libertad, la democracia y la igualdad, valores que, sin duda, nos dejó esa lucha social y que fortalecemos día con día.
“Prueba de ello es su alta investidura como Presidenta de México y Comandanta Suprema de las Fuerzas Armadas, que salva una deuda con las mujeres de la Independencia, la Reforma y la Revolución, y con todas aquellas que en el devenir nacional han luchado por sus derechos”, afirmó Trevilla, al subrayar la creciente participación femenina dentro de la institución castrense, que actualmente suma más de 42 mil mujeres en condiciones de igualdad con sus pares hombres.
El general enfatizó que las Fuerzas Armadas nacieron del pueblo y para el pueblo, una narrativa que el gobierno de México ha consolidado en los últimos años para reforzar la legitimidad del despliegue militar en labores civiles.
Recordó que la Revolución se hizo “en tren y a caballo”, pero sobre todo por ciudadanos que se convirtieron en soldados con el objetivo de construir un país más justo.
Ese “espíritu popular”, dijo, es el que ha guiado la evolución del Ejército y la Fuerza Aérea a través de un siglo, desde la profesionalización impulsada por Joaquín Amaro en los años veinte, hasta la participación del Escuadrón 201 en la Segunda Guerra Mundial.
Trevilla también destacó el papel emblemático del Plan DN-III-E, aplicado recientemente ante emergencias por lluvias, y subrayó la integración de la Guardia Nacional a la Sedena como un hito de esta administración que busca consolidar a la corporación como una fuerza intermedia permanente para tareas de seguridad pública.
El secretario construyó su discurso alrededor de la Revolución Mexicana como origen, identidad y proyecto en curso.
Afirmó que los ideales de la lucha armada —justicia social, igualdad, libertad y democracia— siguen vigentes y dan rumbo a la nación.
Evocó figuras centrales del movimiento, desde Madero y Carranza hasta Villa y Zapata, y puso especial énfasis en las mujeres revolucionarias: combatientes como Amelia Robles, enfermeras como Refugio Estevez y periodistas como Hermilia Galindo, cuyas voces “resonaron más fuertes que los cañones”.
En la parte final del mensaje, Trevilla reafirmó la lealtad del Ejército, Fuerza Aérea y Guardia Nacional al proyecto de gobierno encabezado por Sheinbaum, asegurando que el compromiso de las Fuerzas Armadas es “irrenunciable” y que la institución seguirá guiándose por su misión de servir al pueblo.
“La Revolución no es un recuerdo estéril. “Es una llama que debemos alimentar quienes queremos un mejor país”, sostuvo.

