México, 15 de noviembre.- Después de una hora de golpes, empujones y patadas contra las vallas metálicas instaladas alrededor de Palacio Nacional, manifestantes y grupos de encapuchados lograron derribar parte del cerco de seguridad la tarde de este sábado, en el marco de la movilización convocada para exigir un alto a la violencia en el país y justicia por el asesinato del alcalde de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo.
La protesta, que inició alrededor de las 13:00 horas, avanzó hasta la plancha del Zócalo capitalino, donde cientos de personas se concentraron frente al Palacio Nacional.
En medio del creciente descontento, un grupo comenzó a patear y golpear las vallas de contención.
Tras una hora de tensión, las estructuras metálicas cedieron, lo que desató una respuesta inmediata de los cuerpos de seguridad federales y capitalinos que resguardaban el recinto.
Una vez caído el cerco, elementos policiales arremetieron contra manifestantes, lo que derivó en enfrentamientos que se prolongaron durante aproximadamente 30 minutos en la explanada del Zócalo.
Entre golpes, escudos, extintores, piedras y gases lacrimógenos, ambos bandos trataron de ganar terreno.
Algunos manifestantes intentaron aproximarse a las puertas de Palacio Nacional con la intención de derribarlas y entrar al edificio histórico, algo que no había ocurrido antes en una protesta reciente.
La tensión escaló rápidamente mientras el humo de los extintores se mezclaba con los gases lanzados por la policía, obligando a decenas de personas a dispersarse.
El Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM) de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) desplegó brigadas para atender a los jóvenes que resultaron heridos durante los empujones, golpes y el uso de gas lacrimógeno.
Varios manifestantes presentaron lesiones en el rostro, brazos y cabeza, siendo auxiliados tanto por personal médico oficial como por voluntarios que marcharon como parte de la movilización.
Entre la confusión, mujeres repartieron agua para ayudar a quienes fueron afectados por los gases y para tratar de mitigar los efectos del irritante químico.
Minutos después de que las vallas fueran derribadas, un grupo de granaderos avanzó hacia los manifestantes.
Con escudos y lanzando objetos, elementos policiales golpearon y replegaron a jóvenes que se encontraban en la plancha del Zócalo.
Algunos cayeron al suelo y fueron nuevamente agredidos mientras intentaban levantarse, según relataron testigos.
Los heridos fueron retirados por brigadistas y trasladados hacia zonas más seguras de la plaza, donde recibieron atención médica básica.
Hasta el momento, no se ha informado el número oficial de lesionados ni si hubo detenciones durante el operativo de contención.

