México, 30 de septiembre.- La presidenta Claudia Sheinbaum ofreció este martes una extensa reflexión sobre la historia política de México, la influencia de intelectuales en la legitimación del poder y las críticas que enfrenta su gobierno por parte de ciertos sectores.
Durante su conferencia, Sheinbaum señaló que algunos críticos “están muy enojados” posiblemente por la pérdida de cercanía con el poder, a la que estaban acostumbrados.
“Ni hay apapachos, ni tampoco cercanía con el poder”, indicó, refiriéndose a cómo los intelectuales y ciertos sectores económicos solían ser tomados en cuenta para validar o legitimarse frente a la política nacional.
La presidenta hizo un recorrido histórico desde la elección presidencial de 1988, cuando recordó el fraude al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas y la posterior creación del PRD.
Señaló que un grupo de intelectuales que inicialmente apoyó a Cárdenas después negó la existencia del fraude, argumentando que contaban con cercanía con los gobiernos de Carlos Salinas de Gortari y sus sucesores.
Según Sheinbaum, esta relación se traducía en recursos públicos dirigidos “por debajo de la mesa” para libros, investigaciones y revistas, como una forma de comprar legitimidad intelectual.
La mandataria añadió que esos mismos grupos se acercaron posteriormente a presidentes como Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, siempre con el objetivo de mantener cercanía con el poder y obtener reconocimiento.
“Llega el presidente López Obrador y dice: ‘pues no, esto ya no, son del viejo régimen’”, comentó.
Sheinbaum criticó también revisiones históricas recientes de intelectuales como Enrique Krauze y Héctor Aguilar Camín, quienes han hecho interpretaciones que, en su opinión, distorsionan la historia.
Mencionó la reivindicación de Agustín de Iturbide frente a Miguel Hidalgo y la reinterpretación de figuras históricas como Malintzin.
“Van a ver que ahora van a empezar con eso. Qué bueno que haya debate, buenísimo, buenísimo, porque sanea la vida pública. El problema son las mentiras, los enojos, los odios”, subrayó, concluyendo con un llamado a “amor, amor y paz”.

